Las inmobiliarias por ejemplo, han usurpado los espacios de los ciudadanos para fabricar masas de concreto sin sentido, los vehículos ocupan las aceras, y los comerciantes violan abiertamente las ordenanzas municipales y cada día pretenden demostrar ser dueños absolutos de estos espacios, sin que el ciudadano de a pie pueda expresar legalmente su desagrado. No olvidemos que en muchos casos, quien habla es el dinero...
Finalizamos afirmando que la tercera edad tiene una historia que contar y le estamos quitando ese derecho. Las Mercedes tiene espacios que les servirían de albergues o que podrían ser casas turística de ancianos donde se escribiría la historia, se forjaría el arte, los cuentos reales de las buenas costumbres del caraqueño de ayer y de la Venezuela de hoy, porque cuando un espacio se pierde, a su vez perdemos gran parte de nuestra propia identidad.
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